Es probable que alguna vez haya escuchado el pedido de los tripulantes de cabina en pleno vuelo frente a la emergencia de un pasajero: \”¿Hay algún médico a bordo?\”.
Y siempre (o casi) hay un médico que voluntariamente presta sus servicios para asistir al paciente y en muchos casos hasta salvarle la vida.
No son hechos tan aislados como podría pensarse. Según datos de un estudio presentado hace dos años por la Sociedad Alemana de Medicina Aeroespacial de la Universidad de Colonia, esa pregunta a 10.000 metros de altura se podría llegar a formular hasta 200.000 veces por año en vuelos de todo el mundo. La estadística indica que hay una emergencia médica en uno de cada 604 vuelos comerciales a nivel mundial.
Los profesionales de la medicina suelen ser decisivos con su atención rápida, pero está claro que a veces se llevan la peor parte. De ser simplemente pasajeros que en muchos casos podrían estar disfrutando de sus vacaciones, y hasta de su luna de miel, deben atender a pacientes de los que no conocen su historia clínica, con problemas que pueden estar lejos de sus especialidades, con instrumental que puede ser limitado y en un ambiente claramente no apto para una práctica apropiada.
Y de las aerolíneas solo reciben las muchas gracias, sin contemplar el pago de honorarios. La tarea se considera voluntaria, hasta de responsabilidad ética.
Este fue el caso de la doctora Paula Caravías, una traumatóloga que en un vuelo entre Buenos Aires y México por Aeroméxico, no dudó en responder al pedido de la tripulación y pasó casi todo el viaje asistiendo a un pasajero que tenía problemas respiratorios con oxigenoterapia.
\”Viajé siete horas parada, suministrándole oxígeno a un pasajero con dificultades respiratorias sin poder descansar nada y le evité a la aerolínea un aterrizaje de emergencia, que si yo no hubiera estado en el avión hubieran tenido que efectuar, y se niegan a pagarme por mis servicios médicos, algo que había avalado el capitán durante el vuelo\”.
Es a voluntad
Caravías comenta que abordo llevaban un maletín incompleto. Sin oxímetro, la máscara de oxígeno era una bolsa de nylon, colapsable, inutilizable y que una de las azafatas le pidió que usara el oxígeno con el menor flujo posible porque les quedaban pocos tubos .
Lo cierto es que las aerolíneas, que cuentan con estrictos protocolos para todo lo que se pueda imaginar, no tienen previsto el pago a los médicos y se apelan a la buena voluntad, el juramento hipocrático y hasta del principio del Buen Samaritano de los galenos para obtener sus servicios de manera gratuita.
En algunos países los médicos están obligados a actuar, como la Comunidad Europea y Australia y en otros no, como Estados Unidos, Canadá y Reino Unido.
Caravías ya había pasado por otra situación donde se pidió médico en vuelo, pero que requirió una mínima intervención y no tantas horas de dedicación exclusiva. \”Asistí a una persona que se desmayó y que enseguida se recuperó\”, comenta.
A pesar de la mala experiencia, volvería a levantar la mano si un pasajero la necesita: \”Por mi vocación de ayudar lo volvería a hacer, nunca dejaría de atender a nadie, pero con esta experiencia y ante un cuadro similar le diría al piloto que es necesario un aterrizaje de emergencia para evitarme otro pésimo viaje, parada horas y horas y encima que no se reconozca mi trabajo\”.
La IATA (Asociación Internacional de Tráfico Aéreo), no tiene previsto dentro de sus normas, compensaciones para los médicos que prestan su servicio a bordo.
De hecho, ningún médico cobra por sus servicios en el avión.
Paquete de millas
Aunque no se les paguen honorarios, algunas aerolíneas reconocen la tarea de los profesionales y les ofrecen alguna bonificación, que suelen ser millas para el programa de pasajeros frecuentes.
\”American Airlines no paga a los profesionales médicos pero el área de Customer Relations se encarga de contactar al voluntario luego del vuelo para ofrecerle una muestra de agradecimiento por sus servicios. Se les suele dar alguna bonificación para futuros viajes por su ayuda, que suelen ser millas\”, dijeron desde el área de prensa de la aerolínea americana.
Lufthansa creó el novedoso programa Doctor on board, que invita a médicos voluntarios para inscribirse para prestar su asistencia en vuelo.
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Como manera de compensación la aerolínea alemana les obsequia 5000 millas de premio Miles & More, un libro sobre medicina aeronáutica y emergencia en vuelos y un código promocional de 50 euros para el próximo vuelo que se reserve.
La inscripción es a través de Miles & More, el programa de pasajero frecuente y requiere enviar la copia de un documento que acredite la condición de médico.
De esta manera la tripulación sabrá que ese médico está a disposición y lo contactará directamente, de ser necesario, durante el vuelo.
Aunque no siempre se cumple, los aviones están obligados a llevar tanques de oxígeno, electrocardiógrafo y desfibriladores, entre otros instrumentos. Además, muchos cargan dos botiquines uno que puede usar la tripulación y otro con medicinas exclusivas para que la administren profesionales médicos.
Las emergencias más habituales son desmayos, problemas respiratorios, náuseas y vómitos. Los paros cardíacos apenas representan el 0,3% de las emergencias, pero son los responsables del 86% de las muertes a bordo.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/